Crear un WiFi para invitados tiene la ventaja de incrementar la seguridad de la red y de mantener el control sobre el acceso.
Cuando alguien viene de visita a casa y quiere conectarse al WiFi normalmente toca mirar debajo del router y dictar o hacer una foto a una extensa contraseña. Escribir la habitual mezcla alfanumérica aderezada con caracteres abstractos consume su tiempo y su esfuerzo. No es una situación cómoda, ni para el quien quiere acceder a la red ni para quien deja su contraseña a otro, aunque sea de confianza. Una solución para esta molestia –que podría derivar en un riesgo de seguridad– es crear una red WiFi para invitados.
Y es que las contraseñas que usamos normalmente no son fáciles de recordar sino todo lo contrario. Sin embargo, en una red WiFi para invitados se puede establecer una clave más sencilla, más apta para ser recordada y, sobre todo, más fácil de introducir en un dispositivo.
De esta forma no tenemos que ceder la contraseña de nuestro router. Ni que decir tiene contamos con que la gente que acuda a nuestra casa sea de confianza, pero existe el riesgo de que alguien penetre en su dispositivo, donde se encontraría almacenada nuestra contraseña. Además, con un WiFi para invitados podremos obtener una segunda identidad y utilizarla para ocultar la red principal. De esta forma en el caso de que haya intentos de acceso no autorizados, estos se producirán en la red de invitados.
La seguridad, por tanto, es un motivo para establecer un WiFi para invitados, aunque no el único. Al hacerlo, algunos routers permiten configurar las opciones para que aquellos que se conecten a esta segunda red no tengan acceso a todos nuestros equipos. Es normal que alguien quiera navegar o incluso hacer una actualización de software. En cambio, no necesita acceder a la impresora ni a otros dispositivos conectados a la red.
Un WiFi para invitados tiene que servir como una puerta para entrar en Internet, pero no para ver archivos compartidos ni acceder a recursos locales. El conectarse a esta subred también garantiza que si el dispositivo de nuestro invitado tiene un virus, este no se propagará por toda nuestra red. De la misma forma, si sospechamos que uno de nuestros equipos está infectado o tenemos dudas sobre un USB, probar primero en el WiFi secundario es una buena opción. Igualmente se puede emplear para la descarga de contenido poco fiable.
En las oficinas aún resulta más conveniente usar una red para invitados. La cantidad de información privada que hay en las carpetas compartidas localmente es motivo suficiente como para dedicar el tiempo necesario a configurarla. Hay routers que permiten vetar el acceso a este contenido, pero otros no. En este caso serán necesarios otros dos routers para configurar el acceso a dos redes separadas.