Las redes P2P (Peer to Peer) así como el protocolo BitTorrent funcionan compartiendo diferentes clases de datos, es decir, compartiendo información de manera directa entre dos o más ordenadores, que se encuentran interconectados.
No es secreto para ninguno de nosotros, los usuarios masivos de la internet, que el protocolo BitTorrent es el más extendido y utilizado hoy día para realizar descargas de ficheros Torrent desde la web a través de éstas redes llamadas P2P. Lo que acontece es que mediante el uso de una red P2P, el protocolo BitTorrent te permite descargar un fichero específico desde una serie de direcciones IP, lo que es igual a decir que descargas desde una serie de ordenadores que ya tienen una parte de esa información; eso permite utilizar el menor ancho de banda posible y optimizar la velocidad de carga y descarga a la que los diferentes usuarios trabajan.
De ésta manera, al descargar un fichero Torrent, debes ejecutar un programa correspondiente a la serie de interfaces de conexión compatibles con las redes Peer to Peer (redes P2P, ingenio nombre, ¿cierto?). Una vez ejecutado el programa, éste te permite elegir los archivos específicos del fichero que quieras descargar, que sea el que nos interesa. Acto seguido, la herramienta ejecutada comienza a buscar y ubicar los ordenadores y servidores que tengan el mismo contenido, ya sea una parte o en su totalidad.
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Por último, una vez localizado el fichero o los ficheros que solicitamos descargar, el mismo software, usando el protocolo BitTorrent, coordina la descarga de datos desde todas las IP’s previamente ubicadas mientras que, del mismo modo, nuestro ordenador se convierte en parte de éste entretejido de ordenadores para que otros usuarios puedan acceder y tomar partes de estos contenidos que tengamos compartidos.
¿Es el protocolo BitTorrent legal?
Cuando hablamos de BitTorrent, de inmediato lo relacionamos con las descargas de contenido sometidos a derecho de autor, es decir, aquellos contenidos ilegales que podemos encontrar en internet pero, en vista de la gran expansión que ha sufrido la internet y la facilidad actual para el acceso a la información a través de las redes P2P, tomando en cuenta que éstas herramientas representan una forma muy popular de compartir datos, aún se encuentra en disputa si afectan o no a los autores y, en ¿qué medida lo hacen?
Ya que siempre existen dos caras de una misma moneda, las redes P2P no están exentas y aquí una reseña de sus ventajas y desventajas.
Como mencionamos antes, en vista de que la información es descentralizada, es decir, se encuentra distribuida entre varios ordenadores, la capacidad de almacenamiento de la red es bastante alta y, por este mismo hecho, es bastante probable que podamos encontrar la información específica que requerimos.
Por otra parte, aunque uno de los nodos (ordenadores) de la red P2P falla, podemos seguir la descarga ya que existen varios más funcionando al mismo tiempo. ¿Cómo es eso posible? Pues, la información no se solicita a un solo punto, o una única dirección IP, por el contrario, se solicita en varios ordenadores, característica llamada “Distribución del tráfico de red”.
Ahora bien, es una tecnología de la informática bastante buena, sin embargo, ya que la información se distribuye tan ampliamente, hay posibilidad de que disminuya la fiabilidad de los archivos y descargues datos dañados. Otra desventaja está representada por los firewalls que niegan el acceso desde algunas IP’s y también, como se trata de redes públicas, algunas empresas pueden crear rutas trampa, para conocer la IP del ordenador que descarga y así saber quién se conecta para obtener éstos archivos e forma ilegal y dónde.
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