Cuarenta y ocho empresas del sector tecnológico, entre ellas Apple, Google, Facebook y Microsoft, le han pedido al presidente Barack Obama que los teléfonos inteligentes y los correos electrónicos de los ciudadanos se mantengan fuera del alcance del Gobierno estadounidense.
«El cifrado es la piedra angular de la seguridad de la moderna economía de la información», escribieron las compañías en una carta, que fue entregada la mañana del martes, y dada a conocer en primicia por el diario Washington Post.
Apple causó revuelo el año pasado cuando cifró o encriptó los iPhones de los clientes, dificultando la labor de las agencias de seguridad de obtener los datos del iPhone de un sospechoso. La contraseña de un iPhone es lo único que puede romper el cifrado, lo que significa que incluso si la policía tiene una orden judicial, aún necesita introducir el código de acceso para extraer lo que está en el teléfono.
Google permite a sus clientes cifrar sus teléfonos Android, pero no ha cumplido con su promesa de cifrar los dispositivos por defecto. Sin embargo, es una de muchas empresas que recientemente han comenzado a encriptar las comunicaciones en línea de clientes, incluyendo el correo electrónico.
El Gobierno de Obama se ha quejado abiertamente de las políticas de cifrado de las empresas tecnológicas, argumentando que constituyen un obstáculo para rastrear a terroristas y otros delincuentes, incluidos los pedófilos. El FBI ha presionado para que las empresas creen ‘puertas traseras’ en su software, lo que le daría a las agencias investigadoras un mecanismo para eludir el cifrado.
Pero, en la carta dirigida a Obama, las empresas de tecnología, expertos en políticas y organizaciones de derechos civiles le pidieron al presidente no apoyar ningún proyecto de ley que entregue a las fuerzas del orden una llave maestra para acceder a las comunicaciones de los clientes.
«Lo exhortamos a rechazar cualquier propuesta donde las empresas estadounidenses deliberadamente debiliten la seguridad de sus productos», dice la carta. «Solicitamos que la Casa Blanca se centre en cambio en el desarrollo de políticas que promuevan y no socaven la amplia adopción de la tecnología de cifrado potente. Estas políticas, a su vez ayudarán a promover y proteger la seguridad cibernética, el crecimiento económico y los derechos humanos, tanto aquí como en el extranjero.»
La carta sugiere que proporcionar una puerta trasera a las comunicaciones dará lugar a amenazas en la seguridad y socavará los derechos de los ciudadanos y la aspiración de privacidad.
La Casa Blanca parece estar luchando una batalla perdida contra el cifrado. Las compañías tecnológicas están alineadas en su apoyo al cifrado, y el Congreso desechó la sugerencia del FBI de que debería dársele carta blanca o acceso irrestricto y discrecional a las comunicaciones de los ciudadanos con el fin de atrapar a los criminales.
La corriente comenzó a volverse en contra del espionaje gubernamental en 2013, después que Edward Snowden revelara por primera vez en qué grado la Agencia de Seguridad Nacional accede a nuestros correos electrónicos, registros telefónicos e interviene las conversaciones telefónicas y de video.
El cifrado de teléfonos y correos electrónicos es una respuesta contundente. Pero la verdad es que la policía puede obtener muy fácilmente una contraseña para romper el cifrado, incluso si el dueño de un smartphone no está dispuesto a entregar el código.
Un código de cuatro dígitos puede ser descifrado con sólo 10 mil intentos en promedio, según Matt Blaze, uno de los principales expertos en cifrado del país. Una computadora tardaría pocos segundos en lograrlo, dando acceso a la policía a pesar de la encriptación.