¿Qué sería de nosotros sin Internet? Es la forma que tenemos la mayoría de nosotros de seguir en contacto con los amigos, encontrar información para hacer los deberes y trabajos escolares, seleccionar lugares que visitar o acceder a las últimas noticias. Pero, además de los millones de sitios que visitar y cosas que hacer, Internet ofrece multitud de formas de malgastar el tiempo —e incluso de meterse en problemas. Y, como ocurre en el mundo no cibernético, algunas de las personas que conocerás online podrían intentar aprovecharse de ti —tanto económica como físicamente.
Por lo general, las personas que piden información personal, como la dirección postal, el número de teléfono o la dirección de correo electrónico utilizan esa información para llenar de anuncios los buzones electrónicos y los contestadores de los teléfonos. Pero en algunos casos los depredadores informáticos pueden utilizar esa información para iniciar una relación ilegal y/o indecente o para molestar a una persona o familia.
Por descontado, Internet contiene millones de sitios y páginas que puedes y deberías visitar. Como una biblioteca infinita, la red puede transportarte a los confines de la tierra con toda la información que contiene.
Puedes utilizar Internet para obtener información para tus trabajos escolares, para saber qué película ponen en los cines que hay cerca de tu casa (y si gusta a los espectadores), informarte sobre una universidad que te interesa o encontrar trabajo o una actividad de voluntariado a que apuntarte. Prácticamente cualquier cosa en que puedas pensar tendrá una página de Internet (o miles) que hablarán sobre ella. E Internet no solo contiene sitios o páginas que visitar, sino también blogs, vídeos y juegos que se pueden descargar para que te puedas conectar con otros jugadores.
La clave está en protegerte cuando estés conectado.
Navegación inteligente
¿Cuál es la primera regla de la navegación inteligente? Mantén al máximo el anonimato. Esto significa mantener la privacidad de toda la información personal. He aquí algunos ejemplos de información personal que nunca deberías facilitar por Internet:
- tu nombre completo
- tu dirección
- tu número de teléfono
- tu número de la Seguridad Social
- tu contraseña
- nombres de familiares tuyos
- números de tarjetas de crédito
La mayoría de personas y empresas dignas de confianza nunca te pedirán esa información por Internet. O sea que, si alguien te la pide, tómatelo como una señal de aviso de que puede esconder segundas intenciones.
Piénsatelo bien antes de crear una dirección de correo electrónico o un alias o identificador. Los expertos en Internet recomiendan utilizar una combinación de letras y números en ambos que no permita saber si el usuario es de sexo masculino o femenino.
En los chats utiliza un apodo que no coincida con tu alias o identificador. Así, si alguna vez te encuentras metido en una conversación que te incomoda, podrás abandonarla sin tenerte que preocupar de que alguien conozca tu identificador y podría seguirte la pista a través del correo electrónico. Algunas personas que contactan con sus amigos por Internet establecen chats privados en los que solo pueden entrar ellos y las personas a quienes ellos invitan expresamente.
Los expertos recomiendan limitar las amistades online al mundo virtual. Conocer personalmente a los amigos que se han hecho por Internet acarrea más riesgos que otros tipos de amistades porque es muy fácil simular ser algo que no se es cuando no se ve ni se habla cara a cara con el interlocutor.
Si alguna vez te encuentras en un chat que te incomoda o te hace sentir que corres algún peligro por cualquier motivo, sal del chat y explícaselo inmediatamente a uno des tus padres o a otro adulto para que pueda notificar el incidente. También puedes notificarlo en la página de Internet del National Center for Missing and Exploited Children (Centro Nacional para los Niños Explotados y Desparecidos) en www.missingkids.com —en esta página encontrarás un modelo de impreso para notificar este tipo de incidentes denominado CyberTipline. Los responsables de esta página se encargarán de trasmitir la información sobre el incidente a los agentes de la ley para que lo investiguen.
Acoso cibernético
No solo los desconocidos pueden hacerte sentir incómodo cuando estás conectado a Internet. El acoso cibernético se refiere a los mensajes crueles o intimidatorios que te envían por Internet. Pueden proceder de antiguos amigos o de personas que no conoces. Pueden ser irritantes y, en algunos casos, hasta aterradores.
Si recibes ese tipo de mensajes por Internet, es mejor que los ignores en vez de contestarlos. Los acosadores cibernéticos, como cualquier otro tipo de acosador, pueden ser personas enfadadas o trastornadas —y muchas veces lo que buscan es que les presten atención y/o provocar algún tipo de reacción.
Afortunadamente, la mayoría de las personas que navegan por Internet nunca son objeto de acoso cibernético. Pero, si te está ocurriendo a ti y el hecho de ignorarlo no basta para que cese, puede ser una buena idea pedir ayuda a uno de tus padres, el psicólogo de tu centro de enseñanza u otro adulto de confianza, sobre todo si la intimidación cibernética incluye amenazas.
Molestias online
A pesar de que el correo electrónico es relativamente privado, los piratas informáticos o hackers pueden acceder a él —o añadirte a sus listas para enviar correo basura. El correo basura (correo spam en inglés), al igual que los anuncios y los mensajes intimidatorios, insultantes u ofensivos, es molesto. Pero los filtros que bloquean el correo basura pueden impedir que ese tipo de mensajes te saturen el buzón de correo electrónico. Muchos servidores te permitirán bloquear o filtrar los mensajes inapropiados si tus padres establecen filtros adaptados a tu edad.
Si no conoces al remitente de un documento o archivo que se tiene que descargar, bórralo sin abrirlo para evitar que te entre un virus en el ordenador. Los antivirus son una herramienta de uso obligatorio en todos los ordenadores. También puedes adquirir programas que ayuden a los ordenadores a deshacerse de programas espías indeseables que informan sobre los que está haciendo el ordenador. Algunos servidores ofrecen programas para proteger a sus usuarios de estas y otras molestias online, como las ventanas emergentes (pop-ups en inglés).
Si inviertes en programas de protección para tu ordenador, tendrás que actualizarlos periódicamente para estar seguro de que siguen desempeñando bien su función conforme van evolucionando las nuevas tecnologías.
Con todos los problemas que puedes encontrarte navegando por Internet, ¿merece la pena hacerlo? Para la mayoría de la gente, la respuesta es un sí categórico. Solo necesitas conocer todos los peligros potenciales, utilizar el sentido común y ser precavido, y llevarás el control.